Epoca Independiente De San Miguel Petapa

Durante la época colonial, a San Miguel Petapa se le asignaron tierras comunales que sumaban 64 caballerías. Estas tierras pasaron paulatinamente a manos de particulares. Tras la independencia y durante el gobierno del Doctor Mariano Gálvez, se decretó la asignación de las tierras de La Majada al municipio. Todos los niños fueron registrados como propietarios de la finca La Majada bajo la tutela del Municipio de San Miguel Petapa para evitar su pérdida. En 1910, debido a discrepancias y problemas limítrofes, la finca fue medida y se generó un plano vigente. Durante los primeros tres cuartos del siglo XX, San Miguel Petapa era un municipio con pocos ingresos económicos y se recurrió a obtener fondos talando el bosque para hacer carbón y leña. Antes de 1966 y hasta 1976, la zona se utilizaba como potrero, lugar de cultivo y astillero. En 1966, la división forestal del Ministerio de Agricultura inició la reforestación en lo que hoy se conoce como el plan de las molinas (zona de uso público), las cumbres de los cerros y la Limonera. En febrero de 1976, el Instituto Nacional Forestal inició otra fase de reforestación que continuó casi por 10 años, hasta que el INAFOR se transformó en DIGEBOS. En 1995, las autoridades municipales de San Miguel Petapa autorizaron la explotación de roca basáltica para fabricar piedrín en Santa Inés Petapa a la Empresa Piedrín S.A., en una extensión de 150 hectáreas. Inicialmente, la explotación se realizó sin mayores contratiempos, pero a finales de 1997, se evidenciaron impactos ambientales que generaron descontento en la población. Tras una protesta generalizada, la explotación fue suspendida y la organización ambientalista ASOMARENA asumió la custodia del área, conocida como Área Protegida Municipal La Cerra, desde 1999 hasta 2000, cuando fue devuelta a las autoridades municipales.